- Ayer se me vino en picada el día. Qué barbarie. Parecía que iba bien, hasta que sacaron todos los trapitos al sol y se fue todo a la reverenda mierda, oh sí u.u
- Ya no estoy tan mal, pero hice mal en refugiarme en la comida (otra vez, sigo haciendo todo mal)
- Pude contarle a mí princeso que me pasaba y me sentí un poco mejor.
-Hoy nos convertimos los cuatro en calabazas-.
~ De a ratos estoy bien, de buen humor; y otros ratos estoy re muerta. ¿Qué onda?
~ Y en este momento de no-lucidez necesito íntegramente a el príncipe que prometió rescatarme... Que me venga a buscar y que me haga olvidar hasta de quién soy. (Te amo muchísimo Rodrigo)
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