Estoy segura

En tus brazos volví a vivir.
Tu no eres como los demás de carne y hueso.
Mi arcángel de pasión.
Tanto tiempo a tu lado y no me había dado cuenta,
hasta que sentí la magia de tus labios
absorbiendo mi boca, llevándote mi alma a tus adentros.
Me hiciste mujer en tu lecho, grito mi pasión
y un fuego consumió cada uno de mis átomos.
Solo por el hecho de conocer esas sensaciones que me brindas,
vale la pena haber nacido.
Por probar tus labios,
por ese sentir de caricias agitadas de tus manos,
mudando el golpeteo de mi corazón.
Por esas palabras excitantes que me dices y seduces.
Por ese silencio que queda a mitad de la noche.
Por esos ojos que me contemplan, mientras yo duermo
recostada a tu pecho.
Por toda esa poesía que tus ojos me declaman sin palabras,
llevándome al infinito.
A la eternidad que sin promesas prometes.
Los miles de pétalos de rosas rojas con los que artesonas nuestra cama,
son los testigos fieles de nuestros sentimientos.
A nadie más podré amar después de vivir tus amores.
En esa locura cuando me aprietas contra ti y me dices al oído ahogadamente…
Te amo, te amo, te amo.
Estoy segura que no eres de carne y hueso.